A pesar de los esfuerzos de voluntarios y especialistas, al menos 51 ballenas piloto murieron después de encallar en una playa del oeste de Australia.
Sin embargo, las autoridades tienen la esperanza de que los otros 45 cetáceos puedan sobrevivir. La manada, compuesta por alrededor de 100 ballenas piloto (también conocidas como «calderones»), fue avistada el martes en la playa Cheynes, ubicada a unos 400 km al sureste de Perth.
Las ballenas estuvieron siendo monitoreadas por Peter Hartley, el responsable de las operaciones de rescate, a la espera de que recuperaran suficiente fuerza para volver al mar, pero lamentablemente fallecieron durante la noche.